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Historia de El Eternauta
Guiones escritos por Oesterheld
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Llega El Eternauta
Son
las tres de la madrugada. En Vicente López, Provincia de Buenos Aires,
trabaja Germán, un guionista de historietas. La silla vacía frente a
él cruje, como si alguien se sentara. Lentamente, un hombre va
materializándose, ante el estupor de Germán. Corre el año 1957.
Dice ser El Eternauta,
según lo llamó un filósofo de fines del siglo XXI para explicar su
condición de viajero del tiempo. Comienza a contarle a Germán su historia:
la invasión extraterrestre, la muerte, la resistencia, sucesos que
ocurrirían dentro de poco tiempo. Es el futuro, es la historia de
El Eternauta... |
El origen según Oesterheld
El Eternauta
comenzó siendo un cuento corto, de apenas 70 cuadros. Luego se
transformó en una larga historia, una suerte de adaptación del
tema Robinson Crusoe. Me fascinaba la idea de una familia que
quedaba sola en el mundo, rodeada de muerte y de un enemigo ignorado
e inalcanzable. Pensé en mí mismo, en mi familia, aislados en
nuestro chalet y comencé a plantearme preguntas. |
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Oesterheld mantenía un buen diálogo con sus
dibujantes, dando a cada uno temas en los que se sintieran cómodos.
El eternauta surge del interés de
Solano
López por hacer ciencia ficción (ya
habían hecho juntos Rolo, el marciano adoptivo), y de trabajarla en una
historia con un tono más realista.
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El Eternauta se publicó hasta el número
106, de 1959. Se
presentaba en tres páginas semanales, a tres tiras por página, por lo que su
lectura era muy diferente a la experimentada por generaciones posteriores,
que accedieron a la historia en las compilaciones en libro. En
cada entrega la historia era
dosificada para arribar al último cuadro creando suspenso,
dejando al lector a la espera del próximo número.
Rápidamente se convierte en un éxito de público. |
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Un capítulo
unitario apareció en el primer número de la revista
Hora Cero Extra. Presentaba una historia paralela a la principal,
con Elena y Martita enfrentando a un demente. |
El
eternauta es Juan Salvo, quien vive en Vicente López con su
esposa Elena y su hija Martita. |
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Una noche, como tantas, juega al
truco en su casa con sus amigos, Favalli, Lucas y Polsky.
De pronto, se corta la electricidad,
notan un extraño silencio, todos los ruidos habituales de la ciudad
han cesado. Nieva sobre Buenos Aires, copos fosforescentes, una
nevada mortal que mata todo lo que toca. El grupo queda aislado en
la casa, rodeado de muerte. Todavía no lo saben, pero ha comenzado
la invasión... |
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A la calidad e
innovación de la historia hay que sumarle, como uno de los factores del éxito de
El Eternauta, la decisión de
Oesterheld de situar la acción en
Argentina. Distintos lugares reconocibles por el lector se van
sucediendo: las calles de Vicente López donde la historia de Juan se
inicia, el combate de la General Paz, el estadio de River Plate, Plaza
Italia, la estación de subterráneo, Congreso.
Oesterheld hace accesible el imaginario de la ciencia ficción, un
género que el público acostumbraba a ver en producciones extranjeras; hace
posible su ubicación en el ámbito local, factible que sucedan esas
historias que siempre se daban en otros lugares. Y lo hace en un tono
realista, no en las formas paródicas o aventureras habituales.
Pero parece haber también un clima local en la
historia, que excede a su ubicación geográfica, algo que la aleja de la
épica heroica de las expresiones populares del género. La delineación de
los personajes, la idea de
Oesterheld del héroe grupal, la forma de enfrentar la adversidad, su
derrotero frente a una realidad avasallante, entre otros ingredientes, que
hicieron que los lectores se identificaran y apropiaran de la historia.
El Eternauta ha perdurado, vigente,
generación tras generación, para convertirse en el clásico de la
historieta argentina. |
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En el año 2000 el diario Clarín incluyó El Eternauta en su colección La Biblioteca Argentina / Serie
Clásicos. Con el Nº 24 figuraba junto a obras como Martín Fierro
y autores como Borges, Sábato o Cortázar. De esta manera, la
obra de
Oesterheld y
Solano
López en particular, y la historieta en general, reciben
un importante reconocimiento al ser ubicadas junto a lo más importante de
la literatura argentina.
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Revista
y novela
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La gran repercusión en el público motivó a
Oesterheld para idear una segunda parte. El
proyecto no pudo concretarse por la emigración de
Solano López a Inglaterra
y la quiebra de
Editorial
Frontera. Por
las deudas de la editorial,
Oesterheld se vio obligado a vender sus publicaciones
y títulos de sus historietas a la Editorial Emilio Ramírez.
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Editorial
Ramírez decide reeditar la historieta y en 1961 lanza una revista con
el nombre de
El
Eternauta que recopila toda la obra en tres números. El éxito
de venta hace que la revista siga publicándose, dedicada a la ciencia ficción,
con historietas, cuentos y artículos. En el número 4 aparece
lo nuevo del eternauta, relatos escritos por
Oesterheld de sus viajes por el tiempo, en los que
se convierte en testigo de hechos históricos. Hiroshima y
Pompeya fueron las primeras dos narraciones.
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En el número
6 cambia el concepto, y
Oesterheld retoma el hilo de la
historieta. Comienza a contar lo que sucedió luego del final,
después que
Salvo es transportado al continum, y consigue volver al tiempo de la invasión.
Oesterheld desarrolla
la narración en forma novelada, y en ella se nota su origen guionístico, con secuencias plagadas
de acción y un ritmo sostenido. La historia se continúa hasta el
número 15, en que cierra la revista, quedando inconclusa. Fue publicada
en libro, junto a otros relatos del autor, por Ediciones Colihue en 1995.
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Segunda versión
El 29 de mayo de 1969 comenzó a publicarse una segunda versión, esta vez con arte de
Alberto
Breccia, en la revista de actualidad Gente. A tres páginas por semana, la idea era que
se extendiera por aproximadamente un año. |
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Oesterheld revisó la historia,
manteniendo la estructura argumental pero introduciendo cambios que tenían que
ver con la evolución de su pensamiento. La historieta se hace más violenta, y se acerca a la ideología de
izquierda, explicitando el conflicto de América Latina con las potencias
económicas. En esta versión la invasión ya no es global, sino que las grandes
potencias negocian con los invasores la entrega de Sudamérica para salvarse.
En aquel año Argentina estaba gobernada por una dictadura militar, y el guión
entraba en conflicto con la tendencia conservadora del semanario. Pero la excusa fue
Breccia, la experimentación formal de los dibujos no conformaba a la editorial, que
esperaba algo más comercial, según una particular interpretación del gusto de
los lectores; algunas cartas de lectores (supuestamente)
apoyaban el argumento.
Ante la negativa de
Breccia
a modificar su gráfica, Gente decide levantar
la historieta, pero
Oesterheld ofrece abreviar el guión para no dejar la
historia abortada. En pocos números más concluye El Eternauta, quedando esta
segunda versión en un resumen de lo que fuera la primera.
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Breccia
y la cancelación
Me llamaron y me
dijeron que cambiara el dibujo, que lo hiciera más claro,
más comercial. Les contesté que yo dibujaba así y que si a ellos
no les gustaba, podían levantar El Eternauta. Después de todo el
editor puede hacer eso, si quiere. Sé que también hablaron con
Oesterheld, y a él le pareció mal que la obra quedara trunca. Por
eso se ofreció a abreviarla, a meter en dos o tres capítulos más
de la mitad de la historia. Así se hizo, mientras seguían publicando
cartas en contra de lo que yo estaba haciendo. En el número en que
salió el último capítulo, Carlos Fontanarrosa, el director de la
revista, hasta se disculpó por haberle dado semejante plato
indigesto a sus lectores. |
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Esta versión fue un éxito en España e Italia a
comienzos de los '70, abriéndole la puerta a la de
Solano
López. Cuenta Alberto Breccia: "En Italia tuvo un enorme éxito y me abrió las puertas
de Europa. Fue la primera historieta latinoamericana que se publicó en Linus.
La consideraron una obra maestra".
El Eternauta II
En 1975 Ediciones Record
recopila El Eternauta en un solo libro, y al año siguiente comienza a
publicarla en fascículos, con una importante respuesta de público.
Enseguida llega la propuesta de la editorial para hacer una continuación. En diciembre se inicia
El Eternauta II, en el Libro de Oro
de Skorpio nº 2, volviendo a trabajar los autores de la primera,
Oesterheld y
Solano
López.
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La historia comienza donde había terminado la
primera parte, pero pronto pega un giro, dando un salto temporal que sitúa
la acción en el siglo XXIII, a donde los personajes son
transportados. Es una tierra arrasada, lo que alguna vez fuera
Buenos Aires, donde los hombres sobreviven en estado primitivo, casi
esclavizados por los invasores.
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El
papel de HGO
Germán,
el guionista de la primera parte, se presenta en ésta como el
mismísimo Oesterheld. Pasa de ser oyente, a tener un papel
activo, ya que es transportado junto con el Eternauta al futuro.
En
1976 Argentina estaba nuevamente gobernada por una dictadura, la
más criminal y genocida. Oesterheld militaba en la agrupación
Montoneros, comprometida con la guerrilla, como jefe de prensa.
Volcó en la historieta su militancia, lo que produjo algunas
diferencias con Solano. |
Juan
Salvo se convirtió en líder del sometido pueblo sobreviviente,
organizándolo militarmente para resistir y combatir a los opresores.
Hacia el final de la historia vuelve
a darse un salto temporal, y Germán se encuentra ahora en 1976. Ve
pasar a Juan, El Eternauta, y se une a él: tienen una nueva
misión. |
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Juan Salvo ya no es el mismo, tiene
poderes especiales: presiente la presencia de enemigos y entiende los mecanismos de
artefactos con solo mirarlos; es una especie de mutante, un iluminado a quien seguirá
el pueblo de las cavernas. Los
pobladores, descendientes de los sobrevivientes de la invasión, están
sometidos, pagan tributo a los invasores. El Eternauta les dará coraje,
haciéndoles ver que son capaces de enfrentar al enemigo, los organizará y guiará
en el combate.
Pero hay otro cambio en
Juan, en su
manera de relacionarse con sus compañeros. El temor, la solidaridad, la
dependencia mutua, presentes en la primera parte, no aparecen aquí en la misma
medida. Está dispuesto a sacrificar la vida de sus compañeros para conseguir
la victoria. |
La
visión de
Solano López
Me llamaron para trabajar en la reedición y en la
continuación. Lo habían llamado a Héctor, con quien yo había perdido
contacto después de mis años en Europa. Ahí me enteré de que andaba en
una situación delicada por su militancia en Montoneros y demás. Y todo
el trabajo de la segunda parte él lo hizo prácticamente en forma
clandestina, apareciendo subrepticiamente en la editorial para entregar
los guiones o mandándolos por terceros. Yo lo vi una o dos veces más y
las últimas veces fue cuando yo protesté porque él se
excedía en el contenido militante y subversivo. No es que yo les
tuviera simpatía a los militares ni a su sistema, sino que lo que
él proponía, el mensaje de Montoneros, tampoco era de mi agrado. Y
el personaje se desvirtuó. Yo ya no sentía el personaje. Me
molestaba hacerlo porque el personaje se me movía y hacía y decía
cosas que no encajaban. |
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Problema con los derechos de autor
El Eternauta siguió
publicándose, y vendiéndose muy bien, luego de la desaparición de
Oesterheld. Se entabló un litigio entre los herederos de Oesterheld,
su esposa y sus nietos, y Solano López, por un lado, y Alfredo
Scutti, de Ediciones Record por otro, quien publicaba las
reediciones de la obra. La sentencia favoreció a los herederos, por
incumplimiento de contrato.
Actualmente circulan ediciones pirata de El Eternauta. |
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