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"Cuando escribo el nombre de Brian Jánchez (el
corrector automático insiste en escribir “Sánchez”. Windows ignora que
Jánchez es una antigua palabra sefardí que significa “aquél que mete el dedo
en el ventilador con una sonrisa” y que define muy bien el carácter audaz
del autor.
Su elección de la pelea Firpo – Dempsey como tema central tiene que ver con
varias cosas: 1) Su gusto por la época. Como fanático del pulp y del cine
clásico lo comparto.
2) Su gusto por el deporte. Jánchez ha dibujado historietas sobre básquet,
disciplina que no acabo de comprender.
3) Un ojo certero para elegir los temas.
Piensen en el mensajero de Maratón, en los 300 espartanos de las Termópilas,
piensen en los milicianos de El Eternauta, piensen en las mejores películas
sobre boxeo y se darán cuenta qué tipo de héroe es Firpo. Su victoria, como
la de los protagonistas de Rocky, El Toro Salvaje o El Luchador (The Set-Up,
1949) va más allá del fallo de los jueces. El piñón que mandó a Dempsey
fuera del ring fue festejado en Buenos Aires como un legítimo knock-out. Los
fanáticos recorrieron las calles de Buenos Aires, seguramente deteniéndose a
tomar un ajenjo o un vermouth. Recién al otro día se enteraron de que el
referí se había hecho el sota y que Dempsey volvió a la lona para noquear a
Firpo.
Sin embargo no hay un cuadro de George Bellows sobre la victoria de Dempsey
pero sí hay uno acerca de su vuelo rasante sobre las sogas. Dempsey ganó la
pelea, pero Firpo quedó en la historia.
Y si dudan del simbolismo que pudo tener recuerden que hablando
despectivamente de Sudamérica Richard Nixon dijo 'Allá todavía piensan que
Firpo le ganó a Dempsey'. ¿Quién mejor que semejante corrupto para
certificar con orgullo de ladrón acerca de una pelea robada?"
Fabio
Blanco |