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300 |
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El ejército de Persia -una fuerza tan basta que logra sacudir la tierra con su marcha- está determinado a aniquilar Grecia, una isla de razón y libertad en medio de un mar de misticismo y tiranía. Entre Grecia y esta oleada de destrucción sólo se interpone una pequeña armada de trescientos guerreros. Pero estos guerreros son más que hombres... son ESPARTANOS. |
Para escribir y dibujar Trescientos, Frank Miller hizo una pausa en la rutina de Sin City que le ocupó los noventa, abandonó la ciudad y se fue al escenario natural, salió del blanco y negro salvaje y volvió al color, partió del policial oscurísimo con destino al pasado heroico. Después de recrear a Batman como el Caballero de la Noche, levantar el voltaje con Elektra y revolucionar todo en los ochenta, había "retrocedido" a un género clásico para recrearlo más cerca de Mickey Spillane que de Chandler. Ahora, volvía a retroceder, apostaba fuerte en una de sus habituales "relecturas", ya no del superhéroe ni del detective duro sino del personaje histórico atravesado y contaminado de mitología. La gloriosa y terrible historia de Leónidas y los 300 espartanos en las Termópilas lo estaba esperando desde la infancia.
No cabe hacer el análisis ni el consabido elogio de esta obra maestra del relato gráfico. Ganó todos los premios (yanquis) con ella. Basta entrever las páginas, echar una mirada a tanto esplendor épico. Miller cuenta como los dioses -griegos, persas, los que quieran...- y compone mejor de lo que a veces dibuja: la sintaxis, la cámara, la perspectiva del relato son siempre originales.
Es curioso pensar que, para los lectores argentinos de historietas, la batalla de las Termópilas y el destino final de los bravos espartanos está asociado a una obra mayor, el Mort Cinder de Oesterheld-Breccia, cuyo episodio final -publicado en 1964- desarrolla precisamente esa historia. Comparar y contraponer las dos miradas, las dos lecturas y perspectivas con que está contado el mismo suceso en sendas obras maestras puede resultar por lo menos estimulante.
Juan Saturain (del Prólogo a la edición)
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